Europa se muere. Nuestros doctores intentan sacarla adelante a base de sangrías y cataplasmas, pero la enferma no mejora. Dios nos castiga por nuestros pecados, que son muchos y variados, y lanza contra nosotros sus Siete Plagas, para demostrar al Mundo y la los Hombres su poder.
La primera plaga es la de la codicia. Coge lo que puedas sin importarte las consecuencias, si no lo haces tú, otro con menos escrúpulos lo hará.
La segunda plaga es la de la insolidaridad. El vecino ya no es tu rival, sino tu enemigo.
La tercera plaga es la del racismo. Autopistas para el capital, muros con alambre de espino para las personas.
La cuarta plaga es la del paternalismo. Sé lo que necesitas mientras que tú, sencillamente, no tienes ni idea. Pero no te preocupes, yo te salvaré.
La quinta plaga es la de la cosificación de la vida. Cuando creías ser lo que tienes, resulta que apenas eres lo que te dan.
La sexta plaga es la de la desinformación. La voz de su amo pintada de todos los colores del arcoíris.
La séptima plaga es la de los políticos. Son los garantes de la llegada del Apocalipsis. No aciertan ni cuando se equivocan.
Europa se muere. Y quizá deba ser así. Otros cayeron antes, muchos otros lo harán después. Que Dios nos perdone, aunque si es Justo, debería descargar contra nosotros toda Su Ira. Justicia Divina, puede que esa sea nuestra única esperanza. Dios nunca ha sido Justo, también sería mala suerte que se ponga a ello ahora.
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